Lo bueno y lo malo ante tanta información y el poco interés por estudiar.

 

En la era digital actual, estamos viviendo un fenómeno sin precedentes: la información está al alcance de todos, en cualquier momento y lugar. Sin embargo, a pesar de esta abundancia, el interés por estudiar y profundizar en el conocimiento parece disminuir. Esta paradoja es el foco de nuestra reflexión, donde exploraremos las ventajas y riesgos de la sobrecarga informativa, las causas del desinterés en el estudio, y cómo podemos recuperar la motivación para aprender de manera efectiva.

Este artículo se basa en una serie de ideas y experiencias compartidas por Omar Cuellar Barrero, un experto en electrónica y formación técnica, quien desde su experiencia práctica y pedagógica nos invita a pensar críticamente sobre cómo consumimos y aplicamos la información hoy en día.

La abundancia de información: un arma de doble filo

Uno de los mayores avances de nuestra época es el acceso ilimitado a información sobre prácticamente cualquier tema. Desde tutoriales para programar, hasta guías para tocar instrumentos musicales, pasando por cursos completos y podcasts, todo está disponible con solo un clic.

Esto representa un cambio radical respecto a épocas pasadas, cuando la información era escasa y difícil de conseguir. Omar recuerda cómo, en sus inicios, debía estudiar por correspondencia a través de escuelas como Hempil School o National School, con limitaciones de tiempo, costo y acceso.

Hoy, instituciones como el SENA en Colombia cumplen un papel crucial ofreciendo formación gratuita, con laboratorios y modalidades presenciales o virtuales que acercan el conocimiento a zonas apartadas. La democratización de la educación es, sin duda, uno de los grandes logros de nuestra era.

Ventajas de la era digital para el aprendizaje

  • Acceso a expertos y materiales: Libros, cursos, tutoriales y podcasts están a disposición de cualquier persona interesada.
  • Flexibilidad: Se puede aprender desde cualquier lugar y en el horario que mejor convenga.
  • Variedad de formatos: Videos, textos, audios y plataformas interactivas permiten adaptar el aprendizaje a distintos estilos.
  • Especialización: Es posible enfocarse en áreas específicas gracias a la enorme oferta de contenidos.

Los riesgos y los desafíos del exceso de información

Sin embargo, esta abundancia también tiene un lado oscuro que no podemos ignorar. Omar hace énfasis en que la sobrecarga de información, o “infoxicación”, puede paralizarnos, saturar nuestra mente y generar estrés o frustración.

Los principales problemas que enfrentamos ante tanta información

  • Falta de profundidad: Consumimos fragmentos de conocimiento sin llegar a entender los fundamentos ni a desarrollar experiencia real.
  • Contaminación informativa: La proliferación de información falsa o incompleta provoca confusión y errores en la práctica.
  • Distracción constante: Las redes sociales, notificaciones y anuncios compiten por nuestra atención, dificultando la concentración.
  • Superficialidad: Creemos saber mucho de todo, pero entendemos poco en profundidad, lo que limita nuestra capacidad para resolver problemas complejos.

Un ejemplo claro que menciona Omar es la reparación electrónica. Muchos técnicos novatos intentan aplicar soluciones vistas en videos cortos que, aunque parecen simples, en la práctica requieren herramientas especializadas, experiencia y paciencia. Esto puede generar frustración, pérdida de clientes y hasta daños irreparables en los equipos.

El impacto en la relación con los clientes

Uno de los perjuicios más evidentes es la expectativa errónea que tienen los usuarios finales. Al ver videos donde una reparación parece tomar solo minutos, esperan que el técnico haga lo mismo por un precio muy bajo y en poco tiempo. Esto desvaloriza el trabajo profesional y genera conflictos.

Es fundamental que los técnicos expliquen con honestidad y ética el proceso, los tiempos y costos reales, educando a sus clientes para que valoren el conocimiento y la experiencia detrás de cada servicio.

¿Por qué disminuye el interés por estudiar?

Aunque el acceso a la información es amplio, el interés por estudiar y profundizar no crece al mismo ritmo. Omar destaca que muchas veces las personas se sienten saturadas, dispersas o simplemente buscan soluciones rápidas sin comprometerse con un aprendizaje sólido.

Además, la inmediatez que promueven las redes sociales y plataformas como YouTube o TikTok fomenta el consumo superficial y la búsqueda de “píldoras” rápidas de conocimiento que no siempre son confiables ni completas.

Otro factor importante es la falta de pensamiento crítico para filtrar la información. Sin esta habilidad, es fácil caer en engaños, mitos o procedimientos incompletos que no ayudan a crecer profesionalmente.

Seis estrategias para aprovechar mejor la información y recuperar la motivación

La buena noticia es que no estamos condenados a quedarnos atrapados en la superficialidad o la desinformación. Omar propone seis acciones concretas que pueden transformar nuestra forma de aprender y trabajar:

  1. Filtra la información: Selecciona dos o tres fuentes confiables y evita saturarte con demasiadas. Busca instructores actualizados y con experiencia comprobada.
  2. Enfócate en aprender profundamente: Menos cantidad y más calidad. Especialízate en una línea o área y domina sus fundamentos para destacarte.
  3. Establece rutinas de estudio consciente: Dedica al menos 15-20 minutos diarios a un aprendizaje enfocado. La constancia es clave para avanzar.
  4. Desarrolla pensamiento crítico: Cuestiona la información que recibes. No aceptes todo como verdad y verifica con varias fuentes.
  5. Aplica lo aprendido rápidamente: El conocimiento sin práctica se olvida. Pon en acción lo que estudias para consolidar tu aprendizaje.
  6. Haz del aprendizaje un hábito, no una obligación: Disfruta el proceso, ve cada desafío como una oportunidad para crecer y no como una carga.

La importancia de la ética y la preparación profesional

Más allá del conocimiento técnico, Omar enfatiza la necesidad de mantener pautas éticas en el ejercicio profesional. Ser transparentes con los clientes, reconocer nuestras limitaciones y ser responsables con la calidad del servicio son valores fundamentales para destacar y construir confianza.

Además, la preparación continua, el estudio constante y la actualización nos permiten no solo resolver problemas complejos, sino también ofrecer un servicio que realmente aporte valor y mejore nuestra calidad de vida.

La sabiduría: más que conocimiento

Un concepto clave que menciona Omar es la diferencia entre estar informado y ser sabio. La sabiduría no se mide solo por la cantidad de información que poseemos, sino por la experiencia y la práctica que hemos acumulado y cómo aplicamos ese conocimiento para tomar decisiones acertadas.

Ser sabio implica también tener la humildad de reconocer lo que no sabemos y la disposición para seguir aprendiendo.

Ejemplo práctico: la reparación en sistemas aeronáuticos

Para ilustrar la importancia de profundizar y especializarse, Omar comparte una experiencia reciente donde reparó monitores especiales para sistemas de monitoreo radar en un aeropuerto comercial. A pesar de que los aparatos tenían fallas relacionadas con fuentes conmutadas, el conocimiento detallado de estas fuentes le permitió realizar una reparación exitosa que prolongó la vida útil de equipos valiosos para la aeronáutica civil.

Este caso demuestra que dominar conceptos fundamentales y tener experiencia pueden abrir oportunidades para ofrecer servicios de alta calidad y contribuir al bienestar general.

Tabla resumen: Lo bueno, lo malo y soluciones ante la sobrecarga informativa

Aspecto Lo Bueno Lo Malo Soluciones
Acceso a información Gran variedad y disponibilidad inmediata. Exceso que puede saturar y paralizar. Filtrar y seleccionar fuentes confiables.
Profundidad del conocimiento Posibilidad de especializarse y aprender a fondo. Consumo superficial de fragmentos de información. Enfocarse en menos contenido, pero con calidad.
Aplicación práctica Facilidad para encontrar tutoriales y guías. Falsas expectativas y procedimientos incompletos. Desarrollar experiencia y aplicar lo aprendido.
Motivación por estudiar Acceso a educación virtual y presencial de calidad. Distracciones y falta de compromiso. Establecer rutinas y hacer del aprendizaje un hábito.
Relación con el cliente Mayor transparencia y profesionalismo. Expectativas irreales y desvalorización del trabajo. Comunicar claramente tiempos y costos reales.

Conclusión: Motívate, filtra y profundiza para ser un verdadero experto

Vivimos en un tiempo donde la información nunca antes había estado tan accesible, pero también enfrentamos desafíos importantes para aprovecharla adecuadamente. No basta con tener acceso; es necesario motivarse, filtrar lo que realmente aporta valor, y profundizar en el conocimiento para convertirlo en sabiduría y experiencia.

El llamado es a no conformarnos con saber un poco de todo, sino a especializarnos en lo que amamos y hacerlo con calidad y ética. Establecer rutinas de estudio, desarrollar pensamiento crítico, aplicar lo aprendido y disfrutar el proceso son claves para crecer personal y profesionalmente.

Finalmente, recuerda que el aprendizaje es un hábito que se cultiva día a día. Cada aparato que llega a tus manos, cada desafío técnico, es una oportunidad para ampliar tu conocimiento y mejorar tu servicio.

Gracias por acompañarme en esta reflexión. Te invito a que compartas estas ideas con colegas y amigos para que juntos elevemos el nivel de nuestra profesión y contribuyamos a una comunidad técnica más sólida y preparada.

 

 

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